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La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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miércoles, 25 de abril de 2012

HACER AMISTAD...CON DIOS

La razón por la que Dios "se decidió" a crear, hablando a lo humano, es la misma por la que nosotros buscamos con quién compartir nuestras alegrías...porque el gozo del alma tiende, de suyo, a difundirse.
Al crear quiso hacer partícipes de su Vida, inmensamente feliz, a "otros iguales", que por su inteligencia y por su voluntad libre fuesen capaces de hacerse cargo de la "oferta divina", y la aceptasen en uso de su personal libertad.


Quiere esto decir que la relación con su Creador es un elemento esencial, constitutivo, de la naturaleza humana; si se prescinde de esa relacíon, el hombre acaba convirtiendose en un absurdo, como absurda resulta una sombra..sin objeto que la produzca.
Esa relación, por otro lado, está en la base de la sociabilidad humana.


Y el tipo de trato que Dios quiere establecer con cada ser humano es "de Tú a tú", respetando de forma exquisita muestra razón, participada de la Suya, y la voluntad libre, en las que queda  patente nuestra semejanza con Él.


Pudiendo imponer, sin más, Su voluntad a la criatura que había salido de sus manos,  ha preferido "pactar con ella", buscando un compromiso mútuo.
                         ¡Es admirable la delicadeza de Dios con el hombre!


Sin embargo, este "proyecto inicial" quedó frustrado a consecuencia de una lamentable decisión (aunque después podamos considerarla feliz),  de los primeros padres de nuestra familia humana, que instados por el maligno, y seducidos por el brillo de su condición "quasi divina", se atrevieron a dar la espalda a ese Dios que tanto los amaba, y trataron de romper aquella dependencia sin la cual sus vidas perderían todo su sentido.


La libertad les había sido dada para elegir entre el bien y el mal, y  no  para decidir lo que está bien y lo que está mal. Siendo criaturas pretendieron hacerse "dioses".
Así comenzó el drama de nuestra historia humana.


Por diseño, había puesto Dios en el hombre un deseo vehemente de conocer la Verdad y de amar el Bien, deseo que hacía patente el destino a que estaba llamado, reunirse con Aquel en cuya  mente   había sido concebido; ese deseo actuaba en él como un poderoso impulso para "volver a Dios".


Bien lo expresaba San Agustin en sus Confesiones: "nos hiciste Señor para Tí, y nuestro corazón no descansa ..hasta que descansa en Tí".  Cuando San Agustín habla de "descanso" se refiere a la felicidad que se logra en la posesión estable del Bien,  acogiendo  a Dios en nuestra alma.


Este anhelo de unión con Dios, que alberga todo corazón humano, es el fundamento del hecho religioso.

El término religión, etimológicamente viene de  "re-ligare", y se refiere al restablecimiento del lazo que une a    la criatura con su Creador.


Esta "tensión interior" que impulsa al ser humano a buscar a Dios,  hace surgir en la Historia las diversas religiones.


Dios "se conmueve" contemplando a quienes trataban de buscarlo..."a tientas", sin acertar a encontrarle, y es entonces cuando Él mismo toma la iniciativa de salir al encuentro del hombre.


Todas las religiones contienen algo de Verdad, y por ello merecen un gran respeto.


No son pocos los que piensan que, en el fondo, "todas las religiones son iguales", pues en cualquiera de ellas podemos salvarnos, pero hay un pero: una vez que el mismo Dios ha debutado en la Historia humana, como perfecto Dios y hombre perfecto, cuando nos ha desvelado Su identidad, y con ella "ha desvelado el  hombre al propio hombre", en palabras del Beato Juan Pablo II, quien toma conciencia de este hecho no puede ignorarlo...sin poner en peligro su realización personal.


¿Se puede afirmar, sin ser tachados de fundamentalistas, que la Religión Católica es "la religión verdadera"?,
¿Hasta qué punto son sólidas sus razones de credibilidad?


La respuesta podríamos enfocarla "desde el punto de vista de Dios". Te animo a que hagas un ejercicio de imaginacíón. Por un momento pónte en el lugar de Dios. Si tuvieras que acreditar tu condición de Dios ante los hombres...¿cómo lo harías?. Tal vez les ofrecerias un espectáculo deslumbrante y desconcertante, con imagen y sonido, al tiempo que harías retumbar una intimidante voz: ¡ yo soy tu Dios, obedéceme!; con ello lograrías atemorizar al género humano y someterlo, por miedo, a tu voluntad.


Pero Él no actua así.  Quiere "pasar" por la inteligencia de los hombres, a los que trata como iguales; prefiere ofrecerles "signos adecuados a su capacidad de entender", para que lleguen al convecimiento de que es el mismo Dios el que les sale al encuentro, pues sólo Él podría realizarlos.


Y partimos de la base de que existe una sincronía entre nuestro juicio y la leyes que están inscritas en la Naturaleza. El hombre está sometido a esas leyes, que puede descubrir "leyendo el libro de la naturaleza", pero no está en su mano modificarlas, no puede impedir que un objeto lanzado hacia el cielo..no caiga instantes después.


Pues bien,-sigues imaginando que  eres Dios- si demuestras que puedes modificar o anular esas leyes naturales, de un modo notorio, quienes sean testigos de ello se verán obligados a reconocerte como Dios.


Esa es una intencion principal de los milagros que se describen en el Nuevo Testamento; Jesucristo, consciente de su condición divina, traza un plan para convencer a los que tiene cerca de su divinidad: "si no Me creeis a Mí, (a Mi Persona), al menos creed a Mis obras" (Jn 14,24), sólo Dios podría hacerlas.


Y esas obras eran tan espectaculares qu no ofrecían la menor duda: devolver la vida a un cadáver, hacer que un miembro atrésico (no formado) "apareciera" en un instante, o calmar una tempestad en el mar....todas ellas eran pruebas irrefutable de su poder divino.


Es cierto que hoy, muchos podrían pensar que tambien hay magos que deslumbran con sus trucos, haciendo creer que son milagros; según ellos Jesús podría haber sido un mago escepcional.


A pesar de sus  milagros, la incredulidad de los judíos les llevaba a exigirles un nuevo signo de su mesianidad, una demostración de su confesada filiación divina, y Él, no sin indignación por su ceguera voluntaria, les remitía a la prueba definitiva, prueba que había anunciado repetidas veces, y que no dejaría lugar a dudas: Su propia Resurrección de entre los muertos.


El linchamiento de Jesús y su crucificción, fueron -por voluntad divina- un hecho público y notorio, ocurrido en una Jerusalém muy concurrida: nadie podría dudar de la realidad de su muerte,                    ¡era importante que así fuera!.
Gracias a eso su Resurrección suponia la prueba contundente de su Naturaleza divina.


El acontecimiento de la Resurrección puede ser calificado como un hecho "metahistórico", porque más que ocurrir en el tiempo supuso un "escaparse de las barreras de tiempo y espacio", para convertirse en un suceso actual en todo el curso de la Historia.
Jesucristo vive, pero no con la vida temporal con la que recorrió los caminos de Palestina,  abocada a la muerte, sino con Vida eterna. Hoy sigue Vivo.


Sus discípulos quedaron profundamente impactados por esa nueva Vida, que se les ofrecía para compartir, hasta el punto de dejarse  martirizar  por atestiguar la Resurrección de su Señor.


Juzgando desde un punto de vista de rigor histórico, existen razones suficientes para acreditar el hecho de la Resurrección; no es posible aplicar el entendimiento y no encontrar razones de credibilidad...aunque tambien es cierto que resulta necesario el concurso de la voluntad -querer creer- para aceptar el don de la Fe.


¿Hay alguna otra religión que ofrezca las pruebas irrefutables de los milagros?, ¡no!.

Por ello resulta razonable creer que el personaje histórico de Jesucristo es Dios, y  que la Religión Católica -cuya Iglesia Él fundó- es la religión verdadera.

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